Es triste decir que hay personas que siempre andan en búsqueda de lo que no se
les ha perdido y por tanto la vida se les enreda más que un bulto de anzuelos.
Son complicadas hasta más no poder y con no poca frecuencia sabotean sus
propios deseos de estar en paz y ser felices.
Por ello resulta conveniente evitar a las personas negativas, ya que siempre
tienen un problema para cada solución. Son demoledoras y nos roban tanta energía
que, al final de sostener conversaciones con ellas, quedamos más agotados que
Superman ante la exposición a la kriptonita, y esto ya es mucho decir.
Los ruidosos, quejumbrosos, protestadores en exceso, los que se hacen las
víctimas, y unos cuantos y cuantas más, no son las compañías, que nos
merecemos, y mucho menos que necesitamos.
La recomendación será aplicar entonces aquel antiguo refrán que dice “A que a
buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”, y proceder en consecuencia a
seleccionar en nuestras vidas amistades con pensamientos, actitudes, y acciones
fundamentalmente positivas.
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